miércoles, 27 de noviembre de 2013

Los aportes de "Nacimiento Renacido" en las palabras de Sheila Kitzinger


Sheila Kitzinger
escribe la introducción del libro "Nacimiento Renacido" de Michel Odent, de la cual copio algunos extractos que me parecen sumamente claros y relevantes.

"Es muy tentador para un obstetra volverse director del drama del nacimiento. La
«conducción activa» del trabajo de parto ahora esta muy de moda y, a los ojos de sus colegas, un obstetra exitoso es aquél que tiene la posibilidad de controlar el trabajo de parto y hacer que se asemeje a un modelo. La mujer es pasiva. Es una paciente físicamente inmovilizada. Su impotencia es mayor, por la posición que le han hecho adoptar, pues yace horizontalmente sobre su espalda con sus piernas atadas arriba, en los estribos (postura claramente adoptada para la conveniencia y la comodidad del obstetra y no para la mujer que está teniendo el bebé). Muchas mujeres encuentran que es muy doloroso y aterrador estar empujando al bebé para arriba, hacia el aire, mientras yacen en una angosta camilla."

"Es precisamente apartándose del concientemente adoptado nacimiento obstétrico -en el que la mujer es un objeto pasivo en la mesa de trabajo- y también de los propósitos del «parto sin dolor»  de Lamaze, que estamos rechazando los puntos de vista masculinos del nacimiento, a fin de redescubrir la experiencia esencial, por nosotras mismas. Ser «racional», organizar nuestra más íntima experiencia de acuerdo con el modelo obstétrico «lógico» del alumbramiento o convertirse en una mujer más de cuantas llevan a cabo una proeza física, según el «método Lamaze», es en sí mismo, básicamente, aceptar la dominación masculina acerca del nacimiento."

"Cuando Michel dice que debemos deshacernos de las excrecencias culturales del nacimiento para poder redescubrir nuestros yos instintivos [...] no ha descartado la cultura.  Ha tomado los elementos instituidos por nuestra cultura y los ha adaptado para satisfacer las necesidades instintivas de la mujer durante el alumbramiento.  [...] Michel los usa a todos [esos elementos] para cambiar tanto el ambiente hospitalario, que las mujeres pueden expresar sin ninguna clase de inhibición cuanto sienten durante el parto, dejando libre el camino para un alumbramiento fisiológico, en vez de «medicalizado»."

"He aquí un doctor trabajando en un hospital, que forma parte de un establecimiento médico y que está demostrando que el nacimiento puede ser mucho más como las mujeres lo quieren[...] Pero significativamente, este permiso tiene que ser dado por un médico. Algo que las mujeres saben por ellas mismas, no puede ser reconocido. Las experiencias de las mujeres no pueden ser convalidadas, hasta que un hombre, preferentemente un doctor con bata blanca, diga que esas experiencias son aceptables."

"La clave del logro de Michel es la excelente relación de trabajo que tiene con sus parteras, el modo como todos comparten un propósito común."

" [...] nuestra manera de dar a luz es una cuestión política. Tiene que ver con el derecho que tiene toda mujer de dar a luz libremente y en un entorno amoroso. Mucho de lo que experimentamos como autocrático, impersonal y degradante en el cuidado de la salud de las mujeres en general y en el control social de nuestros cuerpos, está cristalizado en el sistema de tratamiento de la maternidad."

"El nacimiento se ha convertido ahora en importante tema para las mujeres que están luchando por un cambio social en las actitudes de los hombres hacia nuestros cuerpos y también para el tratamiento de nuestros cuerpos."

"Los cambios que permitan a las mujeres redescubrir los ritmos sexuales espontáneos del trabajo de parto en las prácticas de alumbramiento, en general no provienen de los obstetras. Se están manifestando por la presión que las mujeres hacen para tener la oportunidad de dar a luz a su manera, a su tiempo, en un entorno emocionalmente apropiado y con pasión alegre y desinhibida. "



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