viernes, 22 de febrero de 2013

Cómo recibimos a nuestros bebés


Cuando los niños vienen al mundo, lo primero que hacen es llorar.
 Y todos se regocijan.
"Mi bebé está llorando!" la madre exclama alegremente, asombrada de que algo tan pequeño pueda hacer tanto ruido.
¿Y cómo reaccionan los demás?
Los reflejos son normales. La máquina funciona.
Pero ¿somos máquinas?
¿No es el llanto siempre una expresión de dolor?
¿No es posible que el bebé sienta angustia?
¿Qué nos hace suponer que el nacimiento es menos doloroso para el niño que para la madre?
Y si es así, ¿a alguien le importa?
Nadie, me temo, a juzgar por la poca atención que prestamos a un bebé cuando llega.
Es una tragedia que todos estamos tan decididos a creer que esta "cosa" no puede oír, no puede ver, no puede sentir...
¿Qué otra prueba necesitamos?
Esa expresión trágica, esos ojos fuertemente cerrados, esas cejas palpitantes…
Esa boca aullante, esa cabeza retorciéndose tratando desesperadamente de hallar refugio…
Esas manos estirándose hacia nosotros, implorando, suplicando, luego retirándose para proteger la cara—ese gesto de temor.
Esos pies que patean furiosamente, esos brazos que de pronto empuzan hacia abajo para proteger el estómago.
La carne que es un gran estremecimiento.
¿Este bebé no está hablando?
Cada centímetro de su cuerpo está chillando: “No me toques!!”
Y al mismo tiempo implorando: “No me dejes! Ayúdame!”
Dr F. Leboyer (“Nacimiento sin Violencia” 1974)

Lo que un niño necesita ni bien nace es el contacto con su madre, piel con piel, oir su voz, reconocerla. Necesita un ambiente cálido, en penumbras y sin ruidos.
Necesita tiempo para adaptarse a la respiración sin corte prematuro del cordón (que le administra oxigeno de respaldo por unos cuantos minutos).
Necesita que lo sostengan suavemente, ya que su piel es extremadamente sensible.
Necesita RESPETO desde el primer minuto, como un ser humano.
Las rutinas médicas pueden esperar e incluso algunas son totalmente innecesarias. Y de realizarlas, no es indispensable separarlo de su madre para hacerlas.

Tengamos en cuenta que existen otras formas más amorosas de recibir y tratar a nuestros bebés.
Como este tipo de baño (que de hecho en Dr Leboyer propone por primera vez en su libro con una técnica similar para relajarlos luego del nacimiento y facilitarles la adaptación al mundo exterior):

Gracias Marie por el video!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario